jueves, 18 de abril de 2013

PRESENTACIÓN




¿Quien tiene los 21 números que conforman hasta ahora la historia de Espiga de Papel?
Han sido seis años ante todo de confianza: los autores en su mayoría maestros han confiado en las páginas de espiga para compartir, por medio de las letras, toda la riqueza que la vida deposita en su mundo interior.
Contamos con el privilegio de ser una ventana a la creación literaria, no solo de escritores-maestros jaliscienses, sino también de otros ámbitos culturales del continente y del mundo. En diversas ocasiones nuestra publicación ha tenido el honor de ser el espacio donde los creadores han superado el reto de dar a conocer por primera vez su trabajo.
Hay grandes satisfacciones de seis años de Espiga de Papel. Más allá del placer que implica su lectura, colaborar en la revista representa sin duda la experiencia de gozar las ideas de otros, la perspectiva distinta o aquella que es posible identificarse mirar el mundo; la fortuna de hallarse con quienes fuimos hace  unos años, con quienes somos o quienes podríamos llegar a ser, desde la siempre gratificante comunión de las palabras:

Abro la luna para
que se marche la noche
florezco el sol
en campo de sonrisas
se pintan de verde
los parpados de las milpas...

El lenguaje de las revistas, tiene la intención de lanzar un desafío a poetas maestros y narradores: la expresión a través del hai-ku, caligrama, micro cuento, campos semánticos, poesía fractal.
En las siguientes páginas hay constancia de quienes se han aventurado por los derroteros de la muerte, del dolor, del gozo,  del amor, del desamor, del tequila; de quienes han confiado y han dejado sus escritos. Sí, vamos siempre al reino de la creación literaria, a lo largo de estos números, de estar juntos, de coincidir en la respuesta de los retos, de dejar testimonio del hacer.
Recordemos que el equipo somos todos y determinamos la permanencia de los textos de espiga.
Reservamos para cada lector, a fin de cuentas, el derecho a decidir que guardará en su memoria, qué repercutirá en su corazón, porque cada texto es un sentimiento que florece. Es decir cada lector y el tiempo serán los mejores jueces. Por lo pronto: disfrutemos de la lectura de las revistas, de los aromas que tienen los recuerdos, los colores de los sueños, que con mucho cuidado han cultivado nuestros siempre valiosos, amigos, escritores y maestros, cobijados ahora con el nombre de Espigos.

Taller de literatura con Patricia Medina